VIP II, de Polo Polo (2011)
Temas: Nacimiento, Juan Gabriel, Monterrey, Luis Miguel, Christian Castro, suegras, Japón, peleas de pareja, escuelas católicas, retiros espirituales, rancho
Disponible: Amazon.com (DVD)
¿Qué significa para mí este especial?
A ver, vamos por partes: Lo primero que han de estar pensando, “oye, Polo Polo no es Stand Up”. Siguiente punto: “Todavía que no es Stand Up, además, te tuviste que ir con su show más nuevo, tiene muchos mejores”. Lo siguiente que han de estar pensando es, “madres, ¿este güey lee mentes o qué onda?”. La respuesta a la última pregunta es “no”, pero sé que están las otras dos, porque son preguntas que yo también me tuve que hacer a mí mismo, y esto es lo mejor que tengo: 1.- Sí, Polo Polo no hacía Stand Up, pero es innegable que todos hemos escuchado algún chiste, historia o rutina de Leopoldo Roberto García Peláez Benítez; por lo tanto, sería una falta de respeto negar la increíble influencia que tuvo, tiene y tendrá este señor en los comediantes mexicanos habidos y por haber. 2.- Cierto, seguramente cualquier grabación de los 80s o 90s estaría mejor, pero, ¡les juro que es muy complicado conseguir material de Polo Polo! O sea, un show completo, sin cortes. Pero bueno, si todo sale bien, el próximo año procuraremos irnos más atrás.
En fin, ¿qué más podemos decir de Polo Polo? Es el Cómico de los Escenarios de México. Porque lo suyo no era con guion ni con otros actores (hagamos de cuanta que La Escuelita nunca existió, aunque seguramente se llevó su buen dinero). Lo suyo era estar cerca de la gente, reaccionar a lo que el público le daba, poder sentir esa reacción, y sobre eso, hacer de cada show un éxito, uno tras otro. Alejado desde hace cuatro años de los escenarios por motivos de salud, uno de los arrepentimientos más grandes que tendré en la vida es que nunca pude ver un show de él en vivo. Todavía recuerdo cuando de niño, lo escuché por primera vez: no podías estar boquiabierto porque no dejabas de reírte. Y de niño, tu resistencia a la risa es mínima, conforme van pasando los años, es más complicado, pero con Polo Polo no había eso: o te reías con el chiste, o te reías con la historia (como todos), o te reías con una improvisación, ¡pero te reías!
El Especial
Como buen artista, Polo Polo inicia dando las gracias a los que fueron a su show, a pesar de que es martes, y probablemente al día siguiente lo iba a lamentar. En lo personal, él está cansado, por su extensa vida sexual… Individual. Se toma un trago, le moleste a quién le moleste. En ese momento, ve a un señor que estaba muy serio, como que no quería ir y lo llevaron obligado, así que Polo le da el mejor consejo: ¡No hubiera venido! Porque a la fuerza, nada sale bien (y en un show cómico, menos). Total, empieza el show contándonos de su nacimiento; específicamente, un poco antes. Tal vez nosotros no nos acordemos de ese momento, pero Polo Polo sí, porque él si se fija, él se fija de todo. Para Polo, si la gente se fijara, no tendría accidentes, como le pasó a Juan Gabriel, y su resbalón. Pero bueno, él se acuerda que ahí estaban, todos los bebés que iban a nacer ese día, en el curso que estaba dando San Pedro. En algún momento, Polo Polo se acercó a San Pedro, y aunque se molestó cuando descubrió que Dios probablemente no estuviera en su nacimiento, le dejó un recado con “Saint Peter” muy afectuoso (de verdad, sin sarcasmo). Total, que se prepara para que llegue la “ciguena” (así se dice, según Polo, cuando todavía no baja) por ellos, se los lleva, y justo cuando están esperando para nacer, ¡Dios se le acerca a Polo Polo! Al principio tenía sus dudas, porque ya le había pasado que creía que le hacían señas, y luego no eran para él, y qué pena. Pero en este caso, sí era para él, y todavía mejor: un regalo, literalmente, celestial. Además, Dios le dio a escoger entre un prominente aparato reproductor masculino y… Y otra cosa, que no se acuerda. Porque, ¿a poco no hay cosa más importante para los hombres que su “tamaño”?
Después de otro trago, Polo Polo relata una anécdota que le sucedió en un viaje a Monterrey, llegando al hotel donde se hospeda, que es otro que el del grupo, porque ellos, según Polo, se quedan en un lugar “mejor”, porque está más cerca de donde van a dar show, y así no se tienen que estar desplazando; tiene un poco de cucarachas, pero nada del otro mundo. El caso es que coincide en el hotel con Luis Miguel (antes de Aracely Arámbula) y Christian Castro, lo que hizo que incrementara el número de estrellas del hotel automáticamente. Llega Polo Polo a la recepción, y la muchacha que lo atendió se emocionó demasiado, lo cual no le entusiasmó, y no ayudó a la situación que la recepcionista tuviera un concepto de “piso” diferente al de Polo. Después de que se aclaró el malentendido, subió a su cuarto (que está en un piso, punto para Polo), y después de la decepción que se llevo el “botones”, hizo planes para ir a jugar golf con sus amigos, a una hora demasiada temprana, pero ni modo, él hizo el compromiso. En fin, al día siguiente, Polo Polo bajó de su cuarto, y se puso a esperar a su amigo, al que lo iba a pasar a buscar. Después de horas de esperar, de repente se asomó un Audi, con una mujer muy guapa al volante (Polo la describe a detalle), y se lleva a una de las personas que estaban esperando en el mismo lugar que Polo Polo. El señor regresó cuatro horas y cincuenta y dos minutos después, solo, con el coche, a relatar su aventura, que afortunadamente, Polo pudo escuchar: La mujer se lo llevó a otro hotel, lo llevó a un cuarto, donde le puso un faje impresionante, tanto como la mujer en cuestión, y ya en la cama, ella le preguntón si le podía pedir algo. ¿Creen ustedes que el señor iba a decir que no? Él era su esclavo en ese momento. Y lo que ella le pidió, ¡él lo cumplió!
Ahora, Polo Polo cuenta la historia de la familia Correa, que viajaron a Japón porque iban a trabajar en la embajada. Toda la familia fue, incluida la suegra del señor Correa, porque así son las suegras. Llegaron, los recibieron, y se fueron a un castillo, donde esperaron a que el anfitrión terminara sus asuntos personales (estaba en el baño, pues), cosa que entendieron porque, según ellos, “el japonés es muy sencillo”. Cuando salió el ministro, pudieron presentarle a la familia, pero… Digamos que la pronunciación hizo que el ministro japonés quedara muy emocionado de recibir a la familia, ¡hasta a la suegra! Caso raro en Polo, fue una historia breve, como las que siguieron: una de un marido haciéndole una confesión a su esposa y a una cabra. ¿A cuál quiere más el señor? Usted juzgue; la otra, para nivelar la balanza, de un señor descubre durante una función de teatro la infidelidad de su esposa; un pequeño cuento con el que Armando, una persona del público que llegó tarde, aprendió a ser más puntual, ¡al menos a un show de comedia!; una pelea de españoles, donde como toda discusión acalorada, lo único que importa es quién lastima más a quién, ¡aunque los hijos estén de por medio! (O de intercambio, para ser más precisos).
Polo Polo agarra vuelo para el siguiente cuento: un periodista que estaba viajando a Torreón tuvo problemas con su coche, y tuvo que caminar hasta llegar a una aldea, donde se encontró con un viejito, que no conocía a un mecánico, pero cuya plática fue muy entretenida para el periodista. El viejito le relató que la aldea era muy tranquila, que lo más emocionante era cuando pasaba un avión, y no era todos los días, si acaso, dos veces al mes. Pero cuando el periodista le preguntó por algo divertido, le brillaron los ojos al señor, y le relató la historia de su compadre, cuando se le perdió una cabra. Las leyes no escritas de la comunidad dictan que todos los hombres deben salir en búsqueda de la cabra (o cualquier animal, me imagino). Afortunadamente la encuentran, y como recompensa, ¡fiesta de pulque! Además de un ritual bastante cuestionable con la cabra. Después, el viejito recuerda que otro de sus compadres, recientemente, se había casado con una mujer joven, y bueno… ¡Pues todos a buscarla! Con la debida fiesta, el pulque, el ritual, ya saben. Ya para terminar, el periodista le pregunta por una historia triste, y el viejito, con tristeza, recuerda la vez que él se perdió… Pues el mexicano es hombre de palabra, ¿a poco no?
Después de un pequeño intercambio con el público, con motivo de su trago, Polo continua con el show con otras historias: cuenta la de una secretaria que no se puede quedar a trabajar porque no puede hablar, y su compañera le dice “cuando me pasa eso, le hago sexo oral a mi esposo, y… Trago. Pero no te preocupes, yo te cubro hoy”. La secretaria le da las gracias a su compañera, se va, pero regresa a la 1pm, hablando normal, y cuando la compañera le pregunta qué pasó, la otra le responde “es que fui a tu casa, y estaba tu marido”. Luego, la de un señor en un pueblo donde, como buen pueblo, todo el mundo se conoce, con una vida sexual muy activa; la actividad favorita de este señor era salir a “cazar” muchachas de 19 años, con todas las ventajas de esa edad en las mujeres, en esta ocasión encontró una, y después de una breve plática, ella se subió al coche, y fueron para casa del señor, donde después de un breve cortejo, pasaron a la recámara, con el señor cargándola con todo el esfuerzo que su cuerpo le permitía; ya con la pasión desbordando, el señor se da cuenta que el “amigo” seguía dormido, y no pudo “consumar el acto”. Tuvo que ir con un amigo doctor, que le explica a través de una analogía con fuegos artificiales que ya se le acabaron las “bombitas”. El amigo, indignado, dice que no puede ser, que a lo más, había “reventado” la mitad de su “parque”, pero tenía un error de cálculo: ¡Los accidentes “manuales!
Es momento de hablar de escuelas católicas, algo con lo que Polo Polo no tiene tanta bronca, pero lo que sí no entiende son los retiros: para él, son demasiados, a cada rato hay uno. Y no ve la diferencia entre el “antes” y el “después” en los niños. El caso es que van a organizar uno, en el que el padre dice, por medio de una carta a los padres de familia, que será en un lugar fantástico, y que le va a hacer muy bien a los niños. Le responden que está bien, pero que 10 madres (de familia, no monjas) irán con ellos, para cuidarlos (bueno, ya saben), a lo que el sacerdote accede. Emprenden el viaje, y sí, realmente era un lugar espectacular, un río increíble. Al día siguiente, los niños están jugando en el río, hasta que a las 11am bajó el sacerdote, y se metió al río, justo a esa altura en que el pene y al agua coinciden, no sumergido, sino en un roce singular que da una sensación “chistosa”, y dice Polo que todavía más “chistosa” para el padre, porque pues… No (suponemos que lo dice con toda la inocencia del mundo; además, no todos los sacerdotes son “así”, ¿va?). Lo que el padre no sabía era que, a muy pocos metros del río, había una playa nudista. Según Polo Polo, el sacerdote no lo sabía, y él le cree. Todavía peor, de repente sale una mujer despampanante, brasileña supone Polo, por como se movía (con momento musical incluido). Total, que el pene, sea de quién sea, obviamente “reacciona” ante semejante vista. ¿La única solución que tuvo el padrecito? Pues darle una buena “lavada”, ¡aunque las mamás cuestionaron sus métodos (más bien, la “velocidad”)!
Para concluir, Polo Polo ahora nos contará una de sus anécdotas, la vez que un amigo lo invitó a un rancho, y claro que él aceptó, porque no todo en la vida es trabajar. Total, empacó su maleta (Polo no “hace” su maleta, ya la compra armada) con una cantidad exorbitante de ropa e instrumentos musicales, sube todo a su carro, un vochito, según él, y empieza el viaje, escuchando a Frank Sinatra, “washawasheando” una versión bastante subida de tono de “I’ve Got You Under My Skin”. Cuando llega al rancho, ¡oh sorpresa! Resulta que es un rancho ecológico y no entran vehículos motorizados, así que Polo tuvo que dar varias vueltas para llevar todo su equipaje. Una vez terminadas las vueltas, fueron a la caballeriza, donde se toparon con un ejemplar magnífico, árabe, como bien pudo observar el buen Polo Polo. Y con todo lo que le presumía, Polo le advirtió, por medio de un “call back”, que no le presumiera “aquello”, porque, ¿recuerdan el chiste de Dios? Después de la caballeriza, llegó la comida, con un banquete que fue producido casi en su totalidad en el rancho, pero tenía miedo de “reventar” una flatulencia, así que le dijo a su amigo que iba a salir a caminar. Llegó hasta donde estaban las vacas, que no fueron el mejor público para un chiste, y Polo Polo descubre que una estaba siendo ordeñada manualmente. Aquí es donde Polo quiere poner en uso uno de sus talentos: viendo los ojos de una mujer en una foto, él puede saber si le estaban agarrando un seno o no, y lo quiere intentar con la vaca en cuestión. Lo que Polo Polo no tomó en cuenta eran los mugidos de la vaca, que empezaron a “emocionarlo”, y ya estaba pensando en cómo hacerle, porque a la altura normal, no iba a poder. Pero cuando le vio la nariz, tuvo una idea, y puso manos a la obra, lo cual le dio una sensación de placer indescriptible… Bueno, realmente sí es descriptible, pero Polo nos pidió, ¡que no se contara! Así que tendrán que verlo para saber cómo termina.
¿Qué pasó después?
Y sí, se dijo desde el principio: Polo Polo no hacía Stand Up como tal, pero derribó un sinfín de barreras y obstáculos para la comedia mexicana, e hizo más fácil el surgimiento de otros talentos (sin restarle mérito a los que han triunfado, pero hay que reconocer al gigante que vino antes). No importaba si eras rico o pobre, hombre o mujer, todos querían escucharlo, y todos sabíamos algún chiste del buen Polo. En sus chistes, tal vez de manera inconsciente, se podía ver algún reflejo de la sociedad del momento. Obviamente, sufrió la censura de los 80s, pero alcanzó un éxito endemoniado en los 90s, que se extendió hasta el nuevo milenio. La primera versión de este show fue lanzada en cines, nada más para que nos demos una idea del impacto que tuvo, y la aceptación que logró tener.
Desgraciadamente, el Alzheimer lo alejó de los escenarios. En este show, varias veces se confunde al pronuncias algunas palabras, pero quiero creer que es más un reflejo de la velocidad a la que trabajaba su cerebro, y que a veces éste superaba a su boca (sin albur). Polo Polo, sin embargo, vivirá para siempre con sus obras, sus discos, sus chistes, que tal vez era lo menos importante: Toda la historia que contaba antes, era una gloria presenciarlo, con su talento indescriptible para la improvisación. Si alguien se pone como objetivo en la vida ser comediante, las discos de Polo deberían ser su primer material para estudiar y analizar. Polo Polo es una institución de la comedia en México, e insisto: Dichosos ustedes, los VIP, de este show y otros, que pudieron presenciar semejante talento en vivo.
Frases Memorables de VIP 2 (en orden cronológico)
1.- Y lo malo es que cuando desperté no había vieja, entonces dije, “¿qué hice yo toda la noche? ¿Qué estaba yo haciendo?”. Pues nada, y luego me vi la mano y dije “uh”; llena de pelos, ¡qué horror!
2.- Llegó yo con la “señorita”… Que ni era “señorita”, ¿Sí, no? Para que se hace uno pendejo.
3.- Una mujer es una “nalga”, aunque tenga las dos. ¿Por qué? No sé, yo cuando llegué, ya estaba así.
4.- A: Yo soy periodista del… B: ¿Perredista? A: ¡Periodista! B: Ah ok. – Como si lo otro fuera grave.
5.- ¿Qué tienen de bonito diecinueve añitos? Que las cosas están donde deben estar. Donde debe haber una chichi, hay una chichi.