Mom Genes, de Christina P (2022)
Temas: Depresión postparto, kínder, resiliencia, Generación X, bullying, Pepe Le Pew, Plaza Sésamo, poliamor, Adolf Hitler, redes sociales, maternidad, matrimonio.
Disponible: Netflix.
¿Quién es Christina P?
Escuché a Christina P hace unos meses, en el Your Mom’s House (podcast que tiene con su esposo, Tom Segura) con Louis C.K. de invitado. Ahí descubrí que ella también era comediante, lo que me llamó la atención, porque pensaba que ella tomaba un papel como Nia Reene Hill en el podcast de Bill Burr (que no me quedan muy claros los nombres que tiene, la verdad). La diferencia entre Nia y Christina es que la última tiene dos especiales en Netflix, mientras que de Hill no he encontrado contenido de Stand Up (pero tomando en cuenta sus participaciones en el podcast, ¡sus rutinas han de ser bastante interesantes!)
Entonces, la encuentro en Netflix, veo el nombre de su último especial, y bueno, con una bebé recién nacida, me llama mucho la atención. ¡Oh sorpresa! Es una vista completamente diferente a la maternidad, lejos de esa aura romántica de “ser mamá es lo máximo”. Su comedia es cruda y honesta; a final de cuentas, ¿qué podíamos esperar de una señora en sus cuarentas? Pero no se preocupen, jóvenes lectores: si todavía no son padres de familia, ¡Christina los hará reír con los otros temas que aborda en este especial! Y si no me creen, no pasa nada: prepárense, que estamos a punto de comenzar.
El Especial
Vemos una pantalla retro, a cuadros, con el nombre de Christina P y el título de especial con un estilo netamente ochentero. ¿Qué música sería buena para acompañarla? Obviamente, Relax, de Frankie Goes to Hollywood. El público la recibe con un fuerte aplauso, y lo primero que hace es agradecer estar lejos de su familia. Tal vez suena cruel, pero si tienen hijos, de vez en cuando en saludable alejarse de ellos, ¡y disfrutar la vida sin ellos! Además, ella tiene dos varones, más su esposo, ¡no hay nada femenino en su casa! Para terminar de entenderla, su último hijo peso más de cuatro kilos y medio, lo cual, según nos comenta Christina, le dejó “secuelas”, tanto físicas, como mentales. Lo que más le sorprendió es que le preguntaron si pensaba que tenía depresión postparto, porque “es lo habitual”, le comentan los médicos. Para ella, ¡claro que es normal! Es más, lo preocupante sería que no la tuvieras. ¿Cómo no quedar deprimida, después del proceso de sacarte un ser humano, el sobre peso que todavía tienes, y los estragos posteriores en tu vida diaria)? Definitivamente, deberíamos ser un poco más tolerantes con las mamás que acaban de dar a luz.
Y ustedes pensarían que con el parto se acaban los problemas, pero no. Los hijos crecen, y tienes que seguir ahí; más en estos tiempos, en que las madres y padres de familia tenemos que estar tan al pendiente de nuestras hijas e hijos. Recientemente, a Christina le mandaron un papel con los avances que ha tenido su hijo… El de tres años. ¿De verdad, es necesario? Está en kínder, ¿qué “progresos” va a tener que sean tan necesarios como para llevar un registro? Si todavía no aprende a pronunciar bien algunas palabras, ¿no sería mejor concentrarnos en eso por el momento? Pero es lo que se le exige a los padres actualmente: atención a sus hijos, demasiada, excesiva. En los ochentas, era completamente diferente. Había un anuncio a las 10pm, preguntándole a los papás, ¡si sabían dónde estaban sus hijos! Intenten hoy estar dos horas sin saber de sus críos. Imposible, todo el tiempo queremos saber qué están haciendo. Esto no era así, antes necesitabas carácter para sobrevivir, necesitabas resiliencia, porque te tenías que adaptar a lo que sucediera. Tal vez suene cruel, ¡pero es cierto! Hoy en día, evitamos que nuestros hijos enfrenten alguna adversidad, para “protegerlos”, lo cual puede parecer bueno, pero, ¿qué va a pasar cuando crezca?
Pero tranquilos, todavía hay esperanza. A final de cuentas, Christina es Generación X, es más “ruda”. No habían juegos “adecuados” para niños, ni lugares 100% “higiénicos” para nadar. En esa época, te hacían bullying, ¿tus papás te iban a defender? Ni madres, ¡te mandaban a defenderte! Así que, ella tiene su propio estilo de crianza: les enseña a sus hijos a mentir, les deja (de hecho, los anima) a comer cosas que se cayeron en el suelo, y los deja ver caricaturas antiguas; eso sí, con algunas “recomendaciones”. ¿Se acuerdan de la polémica de Pepe Le Pew? Christina logra que lo vean, dejándoles saber que no está bien lo que hace, pero hay otras cosas que “aprender” de la caricatura. Un programa infantil con el que tiene problemas es con Plaza Sésamo. Así es, sigue vigente, pero le han hecho unos cambios que no son de su agrado. Por ejemplo, el Mounstro de las Galletas, ¡ahora come frutas y vegetales! Óscar el Gruñón, ya no vive en un basurero, ¡se “mudó” a un contenedor de reciclaje! A Beto y Enrique todavía no los presentan como pareja, pero ahora están en algo llamado “poliamor”… Para Christina, eso tenía un nombre diferente en los noventas. Y ahora hay un personaje nuevo, que tiene autismo, y ocasionalmente golpea a Elmo, lo cual le gusta, porque no tolera a Elmo. Para ella, Elmo suena a una actriz pornográfica a punto de… “Trabajar”. El público hace como que no entiende, pero vamos, ¡estamos en confianza!
Antes le era fácil burlarse de las demás personas, pero con la edad, se ha vuelto más empática, y ha entendido que la vida es una serie de decisiones que nos van llevado a un lado u otro. Ahora, simplemente quiere ser una buena madre, mejor que cómo fueron sus padres con ella. Tomando en cuenta a su mamá, sólo necesita ser menos gruñona. Eso sí, ya no le guarda rencor, desde hace unos años se llevan bien… Cuando vean el especial, entenderán por qué. Pero cuando era niña, y se peleaba con su madre, se iba con su papá. El señor, por lo que nos cuenta Christina, ha tenido una gran cantidad de parejas. De hecho, recientemente se acaba de casar, ¡por quinta ocasión! Aunque ella cuestiona un poco los motivos por lo que lo hicieron, y tal vez, hasta los “objetivos”. Pero el lado positivo de esta situación, es que ya no tiene que pasar tanto tiempo escuchándolo. Tal vez suena cruel, pero entendamos algo: si algo podemos deducir, es que sus padres no son las personas más normales. Luego entonces, sus conversaciones son bastante bizarras, como cuando su papá, después de unas copas, le dijo que no entendía el “revuelo” que causaba Adolf Hitler, cuando realmente Stalin había matado a más personas. Claro, como si fuera un récord de algún deporte, ¿ya saben?
Eso sí, no vayan a tener una idea incorrecta: ella es una buena persona. No es la mejor, pero es buena. Mientras no se trate de la popo de su perro, de gente pidiéndole que la lleven al aeropuerto, o de sus amigos contándole cómo se preparan para un triatlón, parece que no hay problema. Pero, con todo esto, ¿qué podía hacer Christina cuando se volvió mamá? Obviamente, investigar en las redes sociales. Para su desgracia, se dio cuenta que lo “bonito” que te pintan la maternidad en Facebook e Instagram, no tiene nada que ver con la realidad. Ojo, no se confundan: ella ama a sus hijos, pero el ser madre… Es algo completamente diferente. Por eso, no puede estar de acuerdo con la frase “ser mamá es el mejor trabajo del mundo”. Al menos, tiene dos o tres opciones que serían mejores trabajos que la maternidad. O “los niños dicen cosas muy graciosas”: otra mentira. Al menos, sus hijos, dicen cosas muy crueles, pero eso sí, ¡a ella le encanta! Otro dicho con el que está en desacuerdo, en parte, es “el matrimonio es 50 y 50, mitad y mitad”. Puede ser que sí, pero cuando llegan los hijos, la balanza se inclina demasiado para la mamá. Tal vez cuando crezcan, se nivele un poco, pero mientras están chicos, ¡ni al baño puede ir sola!
Hablando de cosas que no puede hacer sola: Christina se lastimó el tobillo recientemente. ¿Cómo? Ella y su esposo dormían en el cuarto de arriba, sus hijos estaban en el cuarto de abajo, y cuando escuchó al bebé llorar, solamente ella se despertó. Moraleja: no puedes bajar escaleras en la noche y corriendo, a menos que quieras acabar en el hospital. “Oye, pero su esposo la pudo ayudar”. Señoras y señores: escuchar llantos de bebés es un don materno, los hombres no reaccionamos a eso. Definitivamente, suena como una maldición, pero apenas ves la sonrisa de tu hijo, ¡y ya estás pensando en el siguiente! Y tal vez te sientas optimista, pero cuando es la hora de dormir, y nada más no quieren dormirse, es cuando viene el arrepentimiento. A final de cuentas, cuando los niños duermen, es cuando los papás tienen tiempo para hacer sus cosas. Y ni siquiera son cosas tan divertidas: es ver algún programa, tener sexo (los jóvenes se preguntarán “ey, ¡el sexo es divertido!”; y sí, es divertido… A los 20), y dormirse. Christina se enfrenta a todo esto, con solamente dos hijos. Entonces, cuando ve a una mamá con cuatro hijos, delgada y súper relajada, siente una mezcla de curiosidad e ira, aunque ya las “entiende” (no las justifica, es diferente) un poco mejor.
Ella y su esposo llevan 17 años de matrimonio, algo que la hace sentirse orgullosa, ¡y claro que debería! A final de cuentas, tomando en cuenta las profesiones de ambos, debe ser bastante complicado encontrar ese equilibrio. Eso sí, ya conoce perfectamente a su esposo, lo cual la ayuda para saber cómo “controlarlo”. Son tres cosas muy sencillas que necesita: sándwiches: sencillos, nada del otro mundo; deportes, para entretenerse; y sexo. Las mujeres pensarán “pero no siempre tengo ‘ganas’ para hacerlo”. Amigas, sigan los consejos de Christina al respecto, ¡les ayudará bastante! Para terminar, regresa a la historia de su tobillo, del tratamiento (y la medicación) que usó el doctor. Y bueno, eso la llevó a un “viaje” bastante particular, acompañada de un personaje de videojuegos ochentero (el cual aligera un poco el momento tan emotivo que estamos a punto de vivir=, en dónde pudo ver de manera distinta a su padre y a su madre. A final de cuentas, no fueron perfectos, pero los pudo entender, los pudo perdonar, y los ama. Vio a sus hijos, que tal vez le han causado varios dolores de cabeza, pero los ama. Y al final, ya que despertó, vio a su esposo, y se dio cuenta de algo, ¡que nos quedamos con las ganas de saber cuál fue su reacción!
¿Qué pasó después?
Christina Pazstitzky, su nombre real, sigue muy activa con los podcasts. Como mencionamos anteriormente, está en el Your Mom’s House, con su esposo, y también tiene el Where My Moms At?, donde habla de temas más relacionados con la maternidad, ya sea ella sola, o con algunas invitadas. Y empezará el 2023 con varias presentaciones en Estados Unidos. Ahora que Tom llegará a México, ¿será que ella esté en el show? En unos meses, tendremos la respuesta, ¡y se los haremos saber!
Y bueno, es un especial lanzado en abril del 2022, así que no hay mucho más que comentar acerca de Christina P. (su nombre artístico) por el momento. Pero tranquilos: si les gustó Mom Genes y quieren ver más contenido de ella, en Netflix tiene otro especial, Mother Superior (que por supuesto que reseñaremos en el futuro), y también participó en The Degenerates, una colección de sets de aproximadamente media hora con varios comediantes. Obviamente, un talento como el de Christina, con esos genes de mamá bien puestos, no nos iba a dejar abandonados.
Frases Memorables de Mom Genes (en orden cronológico)
1.- Por miles de años, la única gente que podía tener hijos eran los que cazaban sus alimentos, construían casas, y luchaban contra tigres dientes de sable. Ahora, hay gente que tiene hijos, pero no pueden comer trigo.
2.- No culpo a mis padres por nada. ¿O tal vez sí? Sí, sí los culpo.
3.- Todos mienten en sus redes sociales, pero las mamás, ¡son las que más mienten!
4.- Hijo: tu papá y yo tenemos una hora y media libre por la noche, sólo una hora y media para drogarnos, ver “Todo en 90 Días”, tener sexo rápido, y dormirnos antes de tener que volver a hacer todo esto mañana.
5.- (Mi madre) me hizo resiliente. Porque a los siete años, ya podía usar la estufa… Para encender mis cigarros.