Party of One, de Elayne Boosler (1986)
Temas: aventuras de una noche, cepillo de dientes, dormir abrazados, envejecer, carraspear, estornudar, matrimonio, divorcio, embriones congelados, vivir juntos, comer solo, Ronald Reagan, educación sexual, acoso sexual, productos femeninos, pruebas de embarazo, Playboy,
Disponible: YouTube (audio).
¿Qué significa para mí este especial?
Cuando empecé a preparar el contenido para esta primera “temporada”, revisé el top 50 de comediantes de Stand Up de Rolling Stone, porque no conocía tantos nombres de comediantes “clásicos”, más allá de los anteriores que he reseñado. Vi el nombre de Elayne Boosler, y no me sonaba para nada, pero lo apunte. Conforme se acercaba la fecha de reseñar su especial, tenía más y más dudas acerca de lo que me iba a encontrar. Llegó la fecha, y no puedo alcanzar a decirles lo grata que fue la sorpresa que me encontré. Elayne fue una cómica destacada durante los 70s y 80s, una época en que el Stand Up vivía un dominio masculino prácticamente absoluto.
Estaba Joan Rivers, también, pero lo sorprendente es que sus rutinas no se basaban únicamente en el “soy mujer” (para nada es una crítica hacia Joan, u otras cómicas), sino que podía hablar de temas sociales, políticos, o simplemente, unacomedia observacional. Vivió un tiempo con Robin Williams, y tuvo una relación sentimental con Andy Kaufman, con el que siguió en contacto hasta su muerte. Incansable dentro de la escena del Stand Up, fue de las primeras (o la primera, por lo que entiendo) en actuar en el escenario principal del Comedy Store, lugar legendario en Estados Unidos, donde las comediantes mujeres se tenían que conformar con presentarse en una sala más pequeña. Boosler es reconocida por varias personas como una gran influencia para las mujeres del Stand Up. ¿No me creen? Prepárense, que esto ya va a comenzar.
El Especial
Elayne Boosler saluda al público, y enseguida lanza el primer comentario, referente al peso de la bolsa. Porque, si eres mujer, y planeas tener una aventura de una noche, debes estar “preparada”, y tu bolso pesará un poco más. A final de cuentas, los hombres somos un poco menos despreocupados al día siguiente, cuando hay menos alcohol en nuestro cuerpo, y más luz solar disponible. Particularmente, a Elayne no le gusta su aspecto matutino, entre las ropas, los lentes, ¡y su aliento! Ella tiene que tener su cepillo de dientes, no importa que sus cuerpos hayan estado en contacto por mucho tiempo: el cepillo es el cepillo, y es personal. Otra cosa que no le agrada de pasar la noche con alguien es… Eso, pasar la noche. Porque ella no puede dormir con alguien más, le cuesta mucho trabajo. Es más, para Boosler, no importa si es algo de una noche, o algo más serio: se junta, hacen lo que tengan que hacer, y listo, cada quien a su lugar. Todavía peor, ¡hay hombres que quieren dormir abrazados! Lo cual es sumamente incómodo, pero las películas nos han hecho creer que es “romántico” (estoy súper de acuerdo contigo, Elayne Boosler). ¿Qué tan incómodo es para ella? Bueno, lo compara con cierta teoría económica que propone el comunismo, lo cual parece una buena idea, pero… Vean Cuba, y nos avisan. Todo esto es cuando ella va a casa de su cita, ¿se imaginan cómo será cuando el hombre se quedaba en su casa?
Bueno, pero esas eran sus aventuras de la juventud, y eran divertidas hasta cierto punto. Ahora que está en sus treintas, la verdad, es un poco peor. Envejecer no es bueno (si ahora todavía no lo es, ¡imagínense en los 80s!), y es todavía peor para las mujeres. Los hombres, cuando se hacen más viejos, se pueden ver más interesantes, o simplemente, no se preocupan tanto por su apariencia (bueno, eso sí es muy ochentero). Las mujeres, en cambio, si les pasa lo de los hombres, ¡sería terrible! ¿Se imaginan una mujer calva, con un solo pelo para toda su cabeza? Y sin embargo, hay hombres que se “peinan” así, ¡y creen que se ven bien! Bueno, Elayne señala que hasta en los ruidos somos diferentes. Cuando los hombres tenemos una flema, ¿qué es lo que hacemos? Carraspear, fuerte, alto, hasta lograr el cometido; es más, a veces, ni se tiene que esforzar. Para las mujeres, es un poco más difícil, y en el caso de Boosler, es literalmente imposible, tanto en lo físico, como en lo social. Pero eso no quiere decir que las mujeres no tengan “ruidos peculiares”. ¿Nunca han conocido a una mujer que estornude bajito? Al menos que yo recuerde, nunca he visto a un hombre estornudar sin hacer ruido, pero las mujeres sí pueden hacerlo más discretamente.
Algo que llama la atención de Elayne Boosler es el hecho de que un hombre puede ser papá en cualquier momento, en cambio, una mujer tiene límites. Y mientras más para el tiempo, más te puedes desesperar. Porque, bueno, al menos en esa época, si querías tener hijos, lo normal era que te casaras. Para Elayne, el matrimonio es demasiado “definitivo”. O sea, puedes estar bien con alguien, pero, ¿qué tal si llega alguien mejor? El problema es que, ya desde finales de los 80s, cuando fue grabado este especial, muchos hombres ya se habían casado alguna vez, y divorciado. Quieras o no, un divorcio te cambia, y ves al compromiso de manera distinta. Por ejemplo, para Boosler, vivir con alguien es complicado, porque ella está acostumbrada a vivir sola. Porque al vivir juntos, te das cuenta de lo desordenados que pueden ser los hombres. ¿Platos sucios? No pasa nada. ¿Manchas de pasta de dientes? Puede ser la decoración del baño. Y obviamente, no se puede quedar callada, le tiene que decir algo, y de repente, ¡se convirtió en su madre! Ah, ese horrible circulo de la vida, en que lo que hacías de niño y te regañaban, ahora te lo hacen y tú regañas a la gente. A final de cuentas, todos somos un poco desordenados, pero la idea es que, al crecer, vas mejorando, ¿no?
Lo bueno es que está viviendo con alguien, y a pesar de todos los problemas que mencionó anteriormente, Elayne Boosler encuentra una ventaja: ya puede comer tranquilamente. Y no, no es que comiera apurada, más bien, puede comer sin resentimientos. Total, ya tiene pareja, ¿cuál es el problema? Podrán decir que eso es algo muy ochentero, pero seamos realistas: la mayoría de las parejas suben de peso cuando empiezan la relación, ¿a poco no? Bueno, imagínense cómo sería cuando empiezan a vivir juntos. Y para ella fue un cambio, porque los hombres generalmente compramos comida en grandes cantidades, porque comemos más, lo cual desconcertaba en un principio a Elayne, pero se fue acostumbrando. Siguiendo con el tema de la comida, algo a lo que está más que acostumbrada es a comer sola; a final de cuentas, cuando viajas tanto por tu trabajo, es común que vayas a un restaurante sola. Lo que no le gusta, es que se lo echen en cara en todo momento, con frases como “¿solamente es usted?”, o “¿mesa para uno?”, que es, de alguna manera, la que da título a este especial. Es más, Boosler está decidida a abrir un restaurante especializado en comidas individuales, sin mesas ni sillas, y con empaques con lecturas incluidas. Para mí, que estoy muy acostumbrado a comer solo, me parece una maravilla.
Ahora, Elayne Boosler empieza a hablar de política. En ese entonces, el presidente era Ronald Reagan, que aunque había ganado su reelección de forma apabullante, no mucha gente reconocía haber votado por él. El mandato de Ronald, que anteriormente había sido actor (¿habrá sido la inspiración para Arnold Schwarzenegger?), se caracterizó por su marcado conservadurismo, al grado de querer quitar la educación sexual del currículo escolar. Claro, porque cuanto menos sepas de algo, seguramente lo harás mejor, ¿no? Un ejemplo más del doble estándar moral de los Estados Unidos, que Elayne no tiene empacho en señalar. Y aunque se hubiera cumplido su objetivo, ¿se imaginan la vida sin sexo? El sexo es alegría, es dicha, como bien dice Boosler, y sin él, las cosas se ponen… Peligrosas. Además, ¿en qué país es más notoria la frase “el sexo vende”, si no en Estados Unidos? Todavía peor, ¡en los ochentas! Eso sí, prácticamente todo lo que se podía ver era para beneplácito de los hombres, ya sea en las películas, en la televisión, o en las revistas. Mientras las mujeres aparecían con poca ropa, los hombres, si acaso, salían en shorts (bueno, aunque los shorts de esa época eran cortos; en serio, ¡muy cortos!).
Ya que andamos hablando de sexo, ¿qué onda con los hombres que le gritan a las mujeres en la calle? Es una de las formas más comunes de acoso sexual, y Elayne Boosler lo ha sufrido. Lo interesante es que lo maneja con una inteligencia impresionante. De entrada, ¿cuál es la fantasía? Le dices algo a una mujer caminando en la calle, ¿y crees que ella va a ir corriendo a tus brazos? Es completamente desagradable, y al menos desde mi experiencia, nunca he escuchado a alguien contar su historia de amor con un “todo empezó cuando le grité en la calle, y nos enamoramos”. No estaba bien en ese entonces, y sigue sin estarlo. Pasando a otra (una más) desventaja para las mujeres: los productos femeninos. Ya sean los trajes de baño, o las toallas sanitarias, ¡qué manera de hacerlas sentir incómodas! Elayne cree que, cuando crean productos destinados a la mujer, tienen en mente instrumentos de tortura. Los nombres son pésimos, también. ¿Sabían que hay una marca de shampoo llamada “Gee Your Hair Smells Terrific” (algo como “vaya, tu cabello huele fantástico”)? Boosler se pregunta si la marca hará productos para “otras áreas”, para darle un detalle interesante a tu cuerpo. Por cierto, la marca todavía existe (así de curioso soy).
Obviamente, las pruebas de embarazo también sufren de estas tonterías antes mencionadas. A ver, las instrucciones dicen “para usarse en la privacidad de su casa”. ¿Alguien ha visto a una mujer usando una prueba de embarazo en un parque, o en una plaza? Es tan obvio que ofende. Pero ahora hicieron una nueva prueba, que parece esponja, cosa que le divierte a Elayne Boosler. ¿Además de decirte si estás embarazada, puedes limpiar la casa? Después de tanta incomodidad para las mujeres, pasamos al lado opuesto, y podemos ver que las cosas son bastante diferentes. ¿Se acuerdan de Playboy, la revista que todos decíamos “la compro por los artículos”? Elayne no entiende la “naturalidad” de las fotos, como si fuera algo real los escenarios y las ropas, bueno, las pocas ropas que usan las modelos ahí. Pero bueno, dentro de todo, Playboy era decente, porque Hustler, ¡parecía libro de biología! Boosler se pregunta cómo era que accedían las modelos a salir ahí, ¿no les daba pena que las viera alguien? Party of One termina con una elegante crítica de Elayne Boosler y el sexismo que sufrió durante su carrera, relatando que ninguna televisora se quería “arriesgar” a grabar su especial, por ser demasiado agresivo… Al mismo tiempo que sacaban el de Eddie Murphy, de Robin Williams y el de Richard Pryor. Claro, estos comediantes no tocaban temas “polémicos”, ni usaban lenguaje altisonante, ¿verdad?. Como extra, ahí una frase del gran Andy Kaufman, que sirve de inspiración para todos los cómicos, ya sea que estén empezando, o que ya tengan un tiempo en esto.
¿Qué pasó después?
Si llegaron hasta aquí, les regalo una pequeña trivia: A pesar de lo increíblemente bueno que es este especial, en su momento, como lo comentó Elayne, nadie quería comprometerse a grabarle su especial, “porque nadie quiere ver a una mujer haciendo comedia en televisión”. Para darnos una idea de la falta de visión de la época, y la misoginia obscena que reinaba. ¿Creen que eso la desanimó? Ni madres, ella misma pagó para poder filmarlo, y así presentarlo a las televisoras, hasta que Showtime, una empresa de cable de Paramount, decidió transmitir Party of One.
Les voy a ser franco: pretendo escribir nuevamente acerca de Elayne Boosler. Este especial fue el primero que tuve que reseñar basándome solamente en el audio, porque está en su canal de YouTube (los demás están en alguna plataforma de streaming, o compraba los DVDs), así que el material en redes sociales no será tan vistoso, pero no importa. Así que, para no ser repetitivo, solamente les voy a decir que Party of One fue el comienzo de una seguidilla de especiales para Elayne durante los ochentas, y que tengo mucha curiosidad de verlos (sobre todo ahora que ya descubrí el box set con todos sus especiales). ¿Los veré acompañado? Probablemente, pero no importa si es así, porque Boosler nos ha enseñado que una “fiesta para uno” no tiene nada de malo.
Frases Memorables de Party of One (en orden cronológico)
1.- Ya salió el sol, mi moral ha vuelto.
2.- La única alegría de no tener hijos es que sé que enloquece a mis padres, y eso me gusta bastante.
3.- ¿Se han dado cuenta que si dejas la ropa sucia en el cesto por mucho tiempo, de repente ya te la puedes volver a poner?
4.- (Ronald Reagan) cree que la educación sexual causa promiscuidad. No estoy de acuerdo, yo estudié álgebra, y nunca hago matemáticas.
5.- ¿Saben por qué las mujeres no les gritamos cosas a los hombres desde el carro? Porque ellos sí se subirían.